jueves, 24 de febrero de 2011

Una de Bichos

Una abeja.

De niño solíamos meterla en una caja de fósforos y utilizarla como si fuera una maquinilla de afeitar eléctrica (por el zumbido que hacia el pobre bicho dentro de la caja) cuando el pobre bicho se cansaba de zumbar lo liberábamos e íbamos a por otra. 

Otra abeja, pero esta, con las alforjas llena de polen.


Aquí se reunieron unas cuantas en el cumpleaños de la Reina.

Un abejón de culo blanco.

De estos esplendidos voladores, tengo un recuerdo de la infancia, que visto desde la madurez, el amor y respeto que le tengo hoy a la naturaleza, me parece una verdadera salvajada, pero que en aquel tiempo con escasez de juguetes (y muchas más cosas), era toda una diversión.
El juguete consistía en coger un abejón, lo cual no era fácil, pues podías terminar con el aguijón clavado en la mano y dando saltos de “alegría”, alguna vez salté de “alegría”.
Como digo había que coger el abejón y atarle un hilo fino a una de las pata, tarea más que complicada (solíamos meterlo en una caja de fósforos y esperar que sacara una de la patas).
Luego lo llevábamos como si fuera un globo, solo que para que flotase tenia que bolar el pobre infortunado.
Cuando nos cansábamos de él o el infortunado ya no podía volar lo solíamos liberar, pero para ello, lo dejábamos “mutilado de guerra”.
Pido perdón a la naturaleza por semejante burrada.

Una avispa, animalito de culo inquieto y difícil de fotografiar.


Santa teresa, tratando de pasar desapercibida confundida con una rama.


Mosca (Chrysotoxum triarcuatum) un endemismo canario con un colorido muy vistoso.


Escarabajo algo estrafalario, como muchos de los insectos (Lixus ssp.) endemismo canario.


Escarabajo del Teide, (Pimelia ascendens) con un tamaño considerable (hasta 3 cm.) y si le pones el dedo delante de la boca intenta pillarlo (hablo por experiencia).



Escarabajo, (Scantius aegyptius) pequeño pero vistoso.


Mosca, algo narizotas.


Permítanme la licencia de recordar aquella poesía de Francisco de Quevedo (1580-1645)

           A una nariz

  Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

  Era un reloj de sol mal encarado,                  
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

  Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,                        
las doce Tribus de narices era.

  Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.





 Mosca (Terellia) permitanme un juego.
¿Adivina cual es el macho y cual la hembra?



Seguro que “eso” que le sale del abdomen de la mosca de la derecha te recuerda a aquello “otro” 
Pues te equivocas porque esa es la hembra y “eso” lo utiliza para poner los huebos.

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